domingo, 9 de abril de 2017

La maestra rural



Comienzan mis días como docente y un día antes de comenzar clase, pude asistir en la tarde a la escuela para decorar un poco el salón ya que se encontraba vacío y en lo particular siempre me ha gustado decorar el lugar donde mis niños aprenden, pues crear un ambiente de aprendizaje es uno de los principios de esta noble labor por lo que me di a la tarea de adaptar esta área como un aula del aprender para mis pequeños. 


Por fin los conocí, un grupo de 11 niñas y 5 niños; 4 de primer grado, 6 de segundo y 6 de tercero. En verdad creo que ese fue el mayor reto de todos, en la vida había dado clases a 3 grupos, di clases a primero y segundo pero tercero no, y mucho menos a los tres juntos. Así que comenzar en una escuela multigrado fue definitivamente el mayor reto.


 ¿Cómo enseñar a tres grados y llevar aparte el cargo de dirección? Difícil más no imposible. En estos meses mi búsqueda ha sido constante, estrategias para la elaboración de mi planeación adecuando los temas a los estilos de aprendizaje del grupo. El contexto de mi escuela es de una zona rural, por lo que los padres de familia se encuentran en la zona trabajando por temporadas en lo que llaman "zafra" que es la cosecha de la caña, recurso económico con el cual se sostiene la comunidad y las madres de familia son amas de casa.

La imagen que muestro a continuación es la primera foto que tomé el primer día con mis niños, ya que me fue muy significativa, en un instante pude percatarme de que los niños de la comunidad eran completamente a mis niños de la ciudad. Los niños mostraron parte de su entusiasmo en la hora del desayuno, todos querían saber como era, de donde venía, cómo era el lugar de donde venía, etc. y la acción que me pareció muy enternecedora fue cuando todos me convidaron un "taquito" del "lonche" que llevaban, tal vez había carencias que uno podía notar pero que ellos tal vez no tomen importancia, ya que otra acción fue cuando vi que eran muy compartidos, de lo poco o mucho que tenían ellos se compartían o intercambiaban de su desayuno y ahí fue el momento cuando me di cuenta que trataba con otro tipo de personitas en un contexto muy muy diferente al que estaba acostumbrada.

Todos me estaban muy contentos con mi llegada y al ver el salón adornado, sus caras fueron de sorprendidos, mencionaban que nunca antes habían tenido un salón así, razón por la que me dio mayor motivación para seguir decorándolo con sus actividades y temática del mes y ambientandolo a los diversos estilos de aprendizaje que tenían.




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